Esta es mi historia, unas derrotas tras derrotas, pasan los días y los años las horas y los minutos y no hay más solución para mi vida, los obstáculos de mi vida hacen que mi alma desfallezca, ya no quiero más vivir, yo no quiero saber más de esta vida y todo lo que suceda en ella.
Roberto un muchacho de 25 años que estaba en la flor de la juventud, estaba metido en problemas de pandillas drogas y alcoholismo, y cada vez que caía en la dagas de sus deseos y al no poderse contener a ello, solo quería morir que ver a su triste madre llorando y más que eso puesto de rodillas orando por él, siempre se preguntaba que hace ese Dios al cual mi madre ora por mí, que hace ese Dios al cual muchas veces yo tan bien lo he pedido que cambie mi vida y me saque de todos estos problemas, acaso este Dios quiere verme destruido y muerto para que se acuerde de mí y de mi madre.
Pero la historia de Roberto era, que siempre cuando se sentía un poquito triste, un poquito desanimado, buscaba a sus amigos el cual el pensaba que lo sacaban de sus problemas y de sus angustias, pero no se daba cuenta de que Dios lo había hecho libre, que Dios no lo obligaba a que haga oh no haga, el no se fijaba que Dios lo amaba pero que el necesitaba que él se tomara el tiempo y decidiera cual camino seguir.
Una tarde estaba drogado, estaba tirado en un charco de agua que la lluvia había dejado, estaba mojado y sin casi razón de sentido, miro entre borroso una luz y una imagen que se le acercó y le dijo levántate, he venido a ayudarte no quiero verte mas así, pero antes prométeme, que jamás volverás a buscar a tus amigos, entonces el prometió nunca más volver por aquellos lugares, cuando recupero la conciencia y se dio cuenta que estaba en casa y que su madre estaba feliz, entonces admirado comprendió, que Dios estaba utilizando a su madre para ayudarlo y salir de donde era incapaz de salir, entonces entre lágrimas entrego su vida a Dios y su rumbó marco otra historia.
Hoy puede ser la historia de tu vida, hoy Dios puede utilizar a cualquier persona para ayudarte con tus problemas, hoy tan bien quizás Dios te puede ayudar a salvar a otros de muchos peligros, incluso de los peligros de la muerte.
No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te que marás, ni la llama arderá en ti. Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador. Isaías43:1-3
AUTOR: Jhon Burga Caro
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